viernes, 28 de noviembre de 2014

A propósito de Resonancia Magnética de Florencia Álvarez


Flor Álvarez escribió un libro que se llama Resonancia Magnética. Lo publicaron ayer online, es un poemario breve con muchos ruidos. Con muchos artilugios del futuro: como tweets instantáneos desde la corteza cerebral. Lo leí una sola vez, no puedo leer mucho. Me marea, es probable que cuando termine de tipear estas líneas tenga que dormir durante cinco horas solamente para sopesar en cansancio. No estoy exagerando, yo mismo fui introducido en un resonador el miércoles pasado. Una serie de mareos me llevaron a vomitar cuatro veces en la oficina, de repente estaba con un suero en una clínica. Unas horas después me metían adentro del aparato ruidoso. La neuróloga me dijo que llamar al anestesista era un lio, me preguntó si me la bancaba y yo le dije que por supuesto. Así que respiré hondo y ahí me metieron. La máscara que te ponen tiene una pantallita que te muestra la puerta. Aunque vos estás acostado podés ver entrar y salir a la gente. Se trata de un dispositivo contra la claustrofobia. La poeta tiene una visión diferente. La poeta se mete en su cabeza y escucha los ruidos, la música electrónica, se acuerda de sus amigos: le parece que está buenísimo. Desde que se descubrió en los años ochenta, se publican entre cinco y ocho artículos por día referidos a la Resonancia Magnética Funcional en revistas científicas internacionales (Le Monde Diplomatique, Noviembre 2014: p.36). No es mi objetivo ponerme socarrón, no es mi objetivo ponerme cursi y demostrativo, pero quiero decir algo: me gustaría leer más poemarios, más historias acerca de lo que le pasa a una persona ahí adentro. ¿Qué nos pasa ahí adentro? En ese tubo. 

martes, 12 de agosto de 2014



No dejo que Farsita pise mi zaguán. 

miércoles, 30 de julio de 2014


¿Se puede huir de la música del sistema?

martes, 29 de julio de 2014




La música del sistema pide que seas el protagonista de todas sus historias.



Somos personas, no somos intérpretes de la música del sistema.


sábado, 12 de abril de 2014

la asociación de patinaje artístico

la asociación de patinaje artístico
tiene un cartel en su sede
cerca de la autopista
“que nadie entre si no es geómetra”
en el camping urbano del otoño
en la calidez asentada del sábado
los púlpitos refulgen vacíos
y las veredas son transitadas
por pasos alegres, dicharacheros
meditabundos entre las últimas lagañas
ahora en este acá
que desnuda alguna parte oculta
no sirve abrazarse al pánico
mirá la cita de la escuela
de patinaje artístico
no es exclusiva
cualquiera puede dibujar arabescos
mirá los cultos semivacíos
la circulación de los transeúntes espaciados
las casas, el otoño, tus mangas largas
de qué sirve pringar
la llegada del silencio
con testamentos eclécticos que duran
sólo una vida o tres generaciones
el pánico se aplaca, se bordea
se quita del medio circulando
tanto en las veredas
tanto bajo tierra
en los límites con las rocas encendidas
del centro de nuestro satélite acuoso
la voz de los altoparlantes
que anuncia las estaciones
no parece humana
habla de otra realidad
la interplanetaria

domingo, 23 de marzo de 2014

poesías de verano

me desplazo
en la algarabía vegetal
nocturna de las araucarias

pude apagar
la luz enorme con mi prisa
con la voluntad
de sumergirme
en lo oscuro

nunca en la melancolía programada
qué es la tristeza, sino
pequeños claveles marchitándose
entre la voluntad y las deudas

la contienda
que se lleva a cabo
en la posibilidad realizada
de no encajar
de no poder articular
los diferentes capítulos
del entendimiento

                ***

después de inyectar
al gato gris un poco enfermo
de su hermana

el desconocido sube las escaleras
abre la tranquera del cuarto
y tiende de nuevo la cama
que había deshecho
para cambiar las sábanas

ahí adentro
el gato naranja
ya se sacó el collar
y juega con una mosca
que acaba de matar saltando
como un depredador africano

el desconocido
sabe que la desprogramación
de su cerebro no es
perniciosa en cuanto
a la subsistencia

pero la noche
aliada de los antiguos hados
roe pareja toda seguridad
toda estabilidad conseguida

mira el collar rojo
que abandonó  el gato naranja
prende la televisión
fija en una sitcom
repite lo que dicen los personajes
habla solo, desiste

cambia de ejercicio
cierra los ojos, ahora practica
la comprensión oral
esto no vale nada,
se dice
y se queda dormido

***

no vieron la amalgamada
llegada del día
y su nudo

fue un lúbrico encuentro
entre las almas de los gallos
y las ardillas voladoras

la buhardilla desplegada
desde el momento de la visión:
levantar la persiana
con la mente
hasta la mitad
su nudo como muchos otros
se antepuso
rodó, carraspeó

y no hubo furias
o lástimas o temas
que lo destensara
que los apaciguara

una vez
encontraron un demonio
era un hombre lagarto
con una cara enorme
y bigotes rojos
lo pusieron a meditar con ellos

                ***
surfeando una poesía de Echavarren

la mantarraya
la marca del peligro
aglomera estragos
en el altar acuoso

desarmemos el legado patriarcal
no añoremos
la pervivencia
de la estirpe materna

emanamos aire
desde los pulmones azules
rozagantes
veleidosos
lo sabemos bien
es una posibilidad
tarahumara: es un signo
 de que puede llover, o no llover

qué inquieta
y poco necia
es la luminosidad del arcoíris

los remolinos de la barra
suenan cristalinos
en el ovillo antinomial

las partes
que volaron gozosas
ante el estruendo
son el preludio
la algarabía