jueves, 4 de agosto de 2011

Sicilia

La última casa de los incautos
es la melancolía,
se matan de risa cuando no dicen nada
se matan de risa cuando dicen todo,
no conocen la diferencia
entre un pantalón de gimnasia
y una telaraña.
La perra Julia al sol

La franja de un continente
un motociclista elfo
huyendo a toda velocidad
una abertura insinuante
fractura de sed
que teje y mata
estos rastros desunidos
también los abandona
qué cimiento remueve
su paz, si ya están
tercos y se antojan
monstruosos en mis andanzas
este perro me salvó la vida
(no mi psiquiatra)
gracias, corazón
agua de la margen frígida
gracias por irte despacio
ahora sí, la tranquilidad
pasiva y descalza
no me arrastra a nada.

La liberación Julia
sabés, a vos te da el sol
no es puntilloso
no es austero
es tu lomo recalcitrándose al sol
lloviendo sueños que desandan
aterciopelan y braman, Julia
animalito descansador
comedores de cobre
en los palacios infernales
el Hades, tu sol y
la mar en coche.

Una teoría de la poesía:
si no se siente
no lo creo
si no se cree
por algo será
entonces
adelante con las canciones
que anden y se compliquen
como cuarenta lagunas turbias
como vuelos dejados.

A ver, a lo de antes
a lo de escarbar Julia
a lo de deshacerse en la mierda
no de la mierda
eso sería cobardía
y vos sos un animal
y yo soy un hombre
que disfruta del sol
y de las mancha de café con leche.

Un triángulo verde anquilosado
montaraz, diurno de herrumbre turbia
fijate
tal vez cambiás de rumbo, mañana
y saltás en el parque sin pedir perdón.