Bulnes
La piel está rota. La loza del desayuno en el hotel
al amontonarse hacia la última semana de agosto, en verdad no
tanta después de todo, encontró la tierra donde comenzaste…
John Ashbery
No sé escribir con sangreun proemio solipsista
aburrido como todas las historias
como la sabida:
el Ku Klux Klan se llevó a tu chica
y vos seguís
sin tenerle miedo a nada
no soy el que habla tampoco
el gato es el que habla
una fortaleza
o detenerse en el viento
que te desplume como a un pollo
con el que harán comida congelada
lo mejor de los lugares
es que no existen
primero desconectaron de la tierra
toda felicidad
¿no es lo mismo deambular
de este lado que del otro?
es una pirueta del entendimiento:
a medida que su oleaje avanza
meterse como un astronauta en las aguas
del sentido
no dice nada el mensajero
no presenta lavadas columnas emancipatorias
necesita volver a los espacios muertos
para no destemplarse en la soledad
desértica del pensamiento
dejar un tema
la palabra no significa
no es una reflexión
los poliedros, la criptonita, la tiranía
no hacen efecto
todo es si
premedita un diálogo
oculto con la tardanza
necesitamos conocer
las traiciones de la psiquis
para mantenernos vivos
sobre todo porque cargamos
cuerpos brutos y fofos
eclipses automatizados del humano primitivo
vimos una película:
paleocortex y su materia gris
giramos cuatro veces
sobre nuestro propio eje
nos damos a la fuga sigilosamente
¿ya es otoño?
mis párpados titilaron de alegría
en el silencio de la noche
ahora el mediodía gris
dibuja senderos de superficies recuperadas
abrigos, mantos, colores
alejado de la veta hidráulica
del amor del consumo del conocimiento
no seré visto de vuelta
fluyendo rígido por los pasadizos
por la algarabía latente
algo se tuerce si querer estar
es una tortura partiendo
siempre
todo entro en pánico
todo en silencio
sí, es en el camino
de la silueta del viento
negro azabache, ceremonias
en la escena
una pulsera china
un brazo lánguido
esmaltes verde agua
la acumulación de certezas
empieza entrópicamente
el ciclo de la tormenta
deja un surco
es el secreto timorato
que nos mantiene dentro.
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