miércoles, 26 de junio de 2013

el corredor aéreo

Bulnes

La piel está rota. La loza del desayuno en el hotel
al amontonarse hacia la última semana de agosto, en verdad no
tanta después de todo, encontró la tierra donde comenzaste…
John Ashbery
No sé escribir con sangre

un proemio solipsista
aburrido como todas las historias
como la sabida:
el Ku Klux Klan se llevó a tu chica
y vos seguís
sin tenerle miedo a nada

no soy el que habla tampoco
el gato es el que habla
una fortaleza
o detenerse en el viento
que te desplume como a un pollo
con el que harán comida congelada

lo mejor de los lugares
es que no existen

primero desconectaron de la tierra
toda felicidad
¿no es lo mismo deambular
de este lado que del otro?
es una pirueta del entendimiento:
a medida que su oleaje avanza
meterse como un astronauta en las aguas
del sentido

no dice nada el mensajero
no presenta lavadas columnas emancipatorias
necesita volver a los espacios muertos
para no destemplarse en la soledad
desértica del pensamiento
dejar un tema
la palabra no significa
no es una reflexión
los poliedros, la criptonita, la tiranía
no hacen efecto
todo es si
premedita un diálogo
oculto con la tardanza

necesitamos conocer
las traiciones de la psiquis
para mantenernos vivos
sobre todo porque cargamos
cuerpos brutos y fofos
eclipses automatizados del humano primitivo
vimos una película:
paleocortex y su materia gris
giramos cuatro veces
sobre nuestro propio eje
nos damos a la fuga sigilosamente

¿ya es otoño?
mis párpados titilaron de alegría
en el silencio de la noche

ahora el mediodía gris
dibuja senderos de superficies recuperadas
abrigos, mantos, colores

alejado de la veta hidráulica
del amor del consumo del conocimiento

no seré visto de vuelta
fluyendo rígido por los pasadizos
por la algarabía latente

algo se tuerce si querer estar
es una tortura partiendo
siempre
todo entro en pánico

todo en silencio

sí, es en el camino
de la silueta del viento
negro azabache, ceremonias
en la escena
una pulsera china
un brazo lánguido
esmaltes verde agua

la acumulación de certezas
empieza entrópicamente
el ciclo de la tormenta
deja un surco
es el secreto timorato
que nos mantiene dentro.

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