viernes, 2 de marzo de 2012

Botitas

Sabés lo que pasa… éramos el amor en ciernes. Fijate, si escribo sobre el asunto de los celos se acaba el asunto de los celos. Fijate, si escribo el asunto de lo bello, se potencia el asunto de lo bello. Amor. No me inmolo más, tené cuidado. No te escribo para tener estilo, no te escribo para ser creativo, escribo para sacarme estos surcos que vienen después de tu cuerpo.

La otra noche llegaste radiante con tus botitas y el vestidito, tu perfume y el pañuelo azul. Volvías de ver a las tortugas gigantes en Costa Rica y de acostarte con un desconocido abajo de un baobab. ¿Qué tendencia destructora hizo que te quedaras? La palangana que juntaba el agua de las goteras se me cayó encima (risas). Cantamos esa canción vieja de rockeros modernos (carcajadas). Acá siempre, en el principio del abismo, quiero que vuelvas. A garchar conmigo, acabar adentro en tus piernas. Que son eso: el opio del toxicómano.

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